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Fin de curso. Viaje a Segovia.

Para terminar el curso y seguir poniendo en práctica lo aprendido, realizamos un viaje a Segovia. Allí vimos la iglesia de San Miguel, la catedral de Segovia, y, por supuesto, el acueducto y el Alcázar. Allí pudimos ver las iglesias desde otra perspectiva, ya que pudimos acceder al espacio entre las bóvedas y la cubierta, y observamos cómo efectivamente las primeras son parte de la estructura fundamental y la segunda un mero cerramiento. Descubrimos, además, que hay pequeños agujeros que permiten ventilarla, y que la construcción actual tiene mucho que enviar a la de la época. El Alcázar nos sorprendió con su cimentación sobre roca, en especial, era llamativa la cantidad de fósiles marinos que nos demuestran que en algún momento hubo mar. Todos quedamos encantados con la visita y con el curso, y si tuviésemos la opción, volveríamos a repetir sin lugar a dudas.

Bóveda con arcos catenarios

Una vez supimos hacer arcos, nos pusimos manos a la obra y comenzamos a construir nuestra bóveda. El proceso fue el siguiente: en primer lugar, diseñamos la cimbra, de cartón, con forma de catenaria, utilizando el método que seguía el maestro Gaudí para sus famosos arcos de la casa Milà, entre otras muchas obras.

Resultado de imagen de gaudi catenaria
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A continuación, realizamos una triangulación del grosor del ladrillo a utilizar, y lo adherimos al cartón inicial, y de nuevo con otro de la misma forma, obteniendo así la cimbra deseada.

Una vez tenemos la cimbra, es hora de ponernos manos a la obra. El orden fue el siguiente: primero, levantamos los arcos, y a cierta altura comenzamos a doblarlos, siempre utilizando ladrillo húmedo para dicho cometido. Una vez terminado, se aplica una tercera capa de ladrillo hasta cierta altura, se deja secar, y así hasta completar los cuatro arcos. Finalmente, cuando se secan del todo, se descimbran. Unos pequeños contrafuertes los sujetan, y con ello podemos comenzar a cerrar la bóveda, construyendo una serie de nervios y cerrándola por completo. Tuvimos un pequeño inconveniente, se nos cayó uno de los arcos principales, pero lo reconstruimos y terminamos la bóveda completa.

El curso terminó con el derribo de la bóveda y una cúpula de un curso anterior. Todos acabamos sorprendidos gratamente de la resistencia de estas estructuras.